ÉSTE ES EL GRUPO QUE BUSCA AL SEÑOR
La vida consagrada, un fenómeno histórico
La vida consagrada a Dios no es un fenómeno
exclusivamente cristiano, esto es
históricamente comprobable al momento de fijar la mirada en el mundo antiguo pre-cristiano
con los budistas, por ejemplo.
Una de las más antiguas expresiones de vida consagrada la
encontramos en el monaquismo, los monjes de las grandes religiones que vivían
un estilo de vida distinto al ordinario y que adoptaban una regla común, apartados
de todo.
Ante este fenómeno más universal de lo que se pensaba, hemos
de preguntarnos ¿adoptó el cristianismo las costumbres de vida consagrada de
los monjes y la adaptó o es que hay una raíz común en lo que respecta al
monaquismo?
Las opiniones son distintas y divididas. Ciertamente, la que
más me llamó la atención fue la que postula que en sí, el hombre es un ser
monástico, que vivió los primeros tiempos de su existencia en soledad hasta que
se encontró con la necesidad de agruparse.
La vivencia en soledad es pues un fenómeno antropológico que
se ha ido revistiendo de diversos matices religiosos en todas las culturas.
Comparto aquí las características que nos pueden ilustrar sobre la vida monacal
en diversas religiones y que guardan gran similitud, teniendo en cuenta que no
podemos perder de vista que el monacato es el estilo de vida primitivo de la
vida consagrada.
·
Una primera característica del monacato es la
organización de la vida separada del mundo y la sociedad.
·
La segunda característica que sería como una
consecuencia de la primera, sería la continencia o virginidad
·
La tercera, la preeminencia concedida a la
oración.
·
La cuarta, ciertas prácticas penitenciales que
comportan austeridad y momentos de sacrificio personal (ayuno, abstinencia,
mortificación).
·
La quinta es la sujeción a una regla de vida.
·
Sexta característica, sumisión a un superior.
·
Séptima es la pobreza que implica el despojo de
los bienes materiales para vivir en la mendicidad del propio trabajo cuyos
frutos se ponen en común.
·
Octava, es un tiempo de iniciación, a fin de que
el candidato se instruya y demuestre capacidades de poder llevar adelante este
estilo de vida.
·
Noveno, un nombre nuevo.
·
Décimo, la vestimenta distinta o hábito, en
algunas partes se incluye la tonsura, fin de distanciamiento moral.
·
Undécimo: Sistema penitencial para quienes
quebrantan las normas de conducta del grupo.
Aún así, la vida consagrada, comenzada en el estilo monacal
en el cristianismo tiene sus propias características y un fin totalmente
diverso al de las otras religiones y, sin duda tiene muchas riquezas qué explorar
y de las cuales edificarnos para un mejor seguimiento de Cristo como
consagrados. De ello seguiremos compartiendo en las siguientes publicaciones.
José Miguel, novicio ssp
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