ORACIÓN DEL DÍA 12
Tras una pequeña llovizna, sentado y oyendo el murmullo de un día que mure, te veo y te digo:
A ti, Jesús, al que ausento con tantas cosas y por quien, a su vez, se me alegra el corazón,
gracias por trazarme el camino,
gracias por ser tú el camino.
Veo que aún estoy lejos de casa, que mi tierra aún no es fértil;
que entre abrojos tengo el corazón.
Tú te hiciste niño y me invitaste a nacer de nuevo.
Tú te hiciste pecado, para que yo conociera la gracia.
Tú me amaste hasta la cruz para yo poder entender la palabra amor.
Ven, trabajemos juntos mi tierra,
hagámosla fértil, libre, sin temores;
lista para la siembra y que, algún día, fresca y nutrida,
de ella crezca un árbol que sostenga a los hermanos,
que hable de cuán grande has sido conmigo.
Amén."
(Hno. Pablo de Lima)
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